El selectivo español cerró con avances de 0,54% hasta los 9.468 puntos, alcanzando en algunos momentos del día cotas superiores a los 9.500 puntos.
Las previsiones alcistas de esta semana estarían respaldadas por la baja volatilidad de los mercados, los buenos resultados empresariales y su escasa repercusión aun en estas fechas y la evolución positiva de la macro, mientras que el impacto de la crisis turca se muestra limitada en las bolsas de mercados emergentes.
BBVA ha cerrado con retrocesos de 0,29%, augurando un futuro peor cuando S&P ha cambiado la perspectiva “estable” a negativa. Se prevé caídas para mañana. Otro protagonista en la jornada de hoy es ACS con una evolución negativa del 0,06%, acabando la jornada casi plana. La compañía sufre por el comportamiento de su socio italiano Atlantia, quien hoy cerraba con retrocesos del 4,6% penalizado por el desplome del puente en Génova. Este castigo se veía aun más por las declaraciones del gobierno italiano que afirmaba que revocara al concesión de Autostrade.
DIVISA
En el 2017 y mitad del ejercicio 2018, los especuladores apostaban a favor del euro contra el dólar, sin embargo, en cuatro meses esta apuesta se ha visto reducida considerablemente.
A principios del año los contratos a largo a favor del euro alcanzaban los 262.000 ahora 178.000 cayendo un 32%. Mientras que las propuestas bajistas se han visto aumentadas de los 86.000 contratos a los 167.358.
Este cambio de signo se ha visto marcado por el riesgo del Brexit, la preparación de presupuesto en Italia, la preocupación por el crecimiento en China y ahora las dudas por Turquía.
Frente a todo lo anterior, los expertos prevén una apreciación del euro frente al dólar que deben materializarse entre el segundo semestre del año y el primer trimestre del 2019. El valor debería situarse con respecto al dólar en los 1,22 dólares, aunque los expertos estiman que su valor real debería situarse entre el 1,25 y el 1,35.
¿ES POSIBLE QUE SE DE UN RESCATE EUROPEO A TURQUIA?
En el contexto de la crisis turca, destacamos el acuerdo firmado de permuta de divisas “swap” reciproco, entre Qatar y Turquía, para facilitar el comercio local a través de las monedas locales. Es una magnífica idea pero, en un contexto global, estas iniciativas ayudarán pero no eliminarán los problemas reales. Turquia está comprando tiempo, no soluciones.
Por otra parte, en los últimos días, Alemania está haciendo importantes esfuerzos en el ámbito diplomático para cuadrar el círculo. Por un lado, está estrechando relaciones con Rusia, no olvidemos la importancia del NORD STREAM 2 (Gaseoducto) para la economía alemana y los importantes intereses que empresas alemanas tienen en Rusia y en menor medida, Rusia en Alemania.
Paralelamente Europa y, por extensión, Alemania, necesitan de Turquía en el ámbito de la seguridad. Turquía es miembro de la OTAN y la importancia de que no escore al lado ruso es muy relevante. En este damero político, Turquía representa por una parte, una seguridad a la defensa europea y por otro, es un mercado importante para la Unión Europa en muchos aspectos y un posible socio cuando la situación política evolucione a los estándares que exige Europa.
Desde un punto de vista económico, que es el que nos ocupa, bancos y empresas europeas tienen importantes intereses en Turquía, el volumen de intercambio económico es significativo y la caída de la lira tiene hondas repercusiones en la economía europea. De hecho, el euro se está resintiendo. A Estados Unidos la componente económica le repercute en menor medida. No estamos hablando de Méjico o Cánada.
Frente a todo lo anterior y aun reconociendo las debilidades de la economía turca, la situación de la lira no refleja la realidad, por lo que Europa tiene más que perder que EEUU en esta guerra iniciada por Trump. Si esta situación es así y este análisis, aunque somero, representa la realidad, es posible que Europa deba plantarse el rescate de Turquía más cuando Alemania y, en menor medida, Francia están afectadas económicamente por la situación de Turquía.
A todo lo anterior habría que añadir la función que desempeña Turquía con relación a la gestión de los refugiados. Este contexto nos hace pensar que sería viable un rescate de Turquía por parte de la Unión Europea, aunque se chocará con el personalismo de Erdogan y las condiciones de control que este último debería de aceptar por parte de la UE. La Unión Europea si puede ser una solución.
Desde este foro señalamos esta posibilidad como una forma de favorecer la evolución del euro en relación al dólar, minimizar o eliminar el impacto que tendría un alejamiento político y militar por parte de Turquía de la UE a favor de Rusia, evitar la entrada de Turquía en una espiral inflacionaria junto con una caída relevante de su economía y del poder adquisitivo de los turcos que, tarde o temprano, tendrá su reflejo económico en toda Europa. Creemos que Estados Unidos, con su actual política económica, ha descontado el efecto turco en su economía.
PROXIMAS JORNADAS
Actas de la Fed y BCE, Indicadores Adelantados y de Confianza de Europa y reunión de banqueros en EEUU.