Los tipos de interés son determinantes en el precio del dinero y afectan a la economía de diversas formas. El BCE utiliza los tipos de interés como una herramienta de política monetaria para reducir la demanda en la economía y así frenar el aumento de los precios. En la zona euro, la inflación ha alcanzado niveles preocupantes, llegando al máximo histórico del 10,6% en octubre de 2022, superando en cinco veces el objetivo del BCE. Aunque ha experimentado un ligero descenso, actualmente se sitúa en el 6,1% en la zona euro y en el 3,2% en España.
En respuesta a esta situación, el BCE ha venido actuando con contundencia durante más de un año. En septiembre de 2022, elevó los tipos de interés en 75 puntos básicos, la mayor subida en sus 20 años de historia, situándolos en el 1,25%. En octubre, repitió la subida de 75 puntos básicos, alcanzando el 2%, el nivel más alto desde 2009. En diciembre, moderó el ritmo y aplicó una subida de 50 puntos básicos, siendo el nivel más alto desde diciembre de 2008. En febrero de este año, se aplicó el mismo incremento y, recientemente, el BCE decidió subir los tipos en 25 puntos básicos, llegando al 4%.
Las consecuencias de la subida de tipos de interés son variadas. Por un lado, implica una disminución de la capacidad de gasto, un aumento en el costo de los préstamos y una reducción del consumo, la inversión, la producción y la demanda agregada. Esto puede llevar a una bajada de los precios, pero también genera una disminución del empleo. Las subidas de tipos desincentivan los préstamos y el consumo, pero también ayudan a controlar la inflación, que es el principal objetivo del BCE.
Tanto las familias como las empresas se ven afectadas por el aumento de los tipos de interés. Con tipos más altos, el acceso al crédito se ve limitado y, en caso de obtener un préstamo, el interés a pagar será más elevado, lo que reduce los incentivos para solicitar préstamos. Las familias reducen su consumo y las empresas disminuyen sus inversiones, ya que les resulta más costoso financiarse. Esto provoca una contracción de la demanda agregada, generando un efecto negativo sobre los precios debido a la menor demanda en comparación con la oferta de bienes y servicios.
En cuanto a las consecuencias para los ciudadanos, aquellos con ahorros pueden beneficiarse al recibir intereses más altos. Sin embargo, aquellos que tienen deudas o hipotecas, especialmente las hipotecas a tipo variable, experimentarán un aumento en los intereses a pagar cuando tengan que renovar sus contratos debido al incremento de los tipos de interés. Además, al subir los tipos de interés, será necesario disponer de más dinero para adquirir bienes como automóviles o realizar compras importantes, lo que puede retrasar la toma de decisiones de compra. En el ámbito empresarial, la adquisición de maquinaria, naves industriales y las inversiones en modernización se ven expuestas a un mayor costo del dinero, lo que puede resultar en una disminución de la inversión empresarial.