El BCE incrementó su previsión de inflación de 2016 al 0,2 por ciento desde el 0,1 por ciento estimado en marzo y mantuvo la de 2017 en un 1,3 por ciento, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, durante su presentación de las previsiones trimestrales.
Para 2018, el horizonte final de las previsiones, el BCE mantuvo su previsión de una tasa de inflación del 1,6 por ciento, aún por debajo de su objetivo cercano al 2 por ciento.
La inflación ha estado por debajo del objetivo durante tres años y probablemente se mantenga por debajo otros tres años o más.
El banco también hizo un leve ajuste de su previsión de crecimiento del PIB después de que la economía de la zona euro se comportara mejor de lo previsto en el primer trimestre y datos recientes indicaran que el consumo se mantiene bien, la confianza aumenta y las inversiones están rebotando.
Para el año en curso, el banco central proyecta que la economía de la eurozona crezca un 1,6 por ciento, dos décimas por encima de lo proyectado inicialmente mientras que la previsión para 2017 se mantiene estable en el 1,7 por ciento y la de 2018 se reduce una décima al 1,7 por ciento.
El BCE ha anunciado que empezará a comprar deuda corporativa la próxima semana, es decir, el próximo jueves 8 de junio.
Además, a lo largo de junio el Eurobanco pondrá en marcha una nueva barra de libre de liquidez, a través de una subasta de liquidez.