Cameron, quien anunció su intención de renunciar tras perder el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE, en parte por la preocupación por los flujos migratorios, dijo en su última reunión con los líderes de los 28 países del bloque que espera una relación política y económica tan estrecha como sea posible.
"Reino Unido dejará la Unión Europea pero no le dará la espalda a Europa", sostuvo Cameron en una rueda de prensa, tras una cena en la que dijo que muchos de sus socios europeos expresaron su pesar y manifestaron su simpatía con Londres.
Funcionarios y diplomáticos dijeron que el ambiente fue de fría cortesía, pero que hubo un consenso de que Cameron había cavado su propia tumba por "basurear a Bruselas" durante décadas.
Como lo explicó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker: "No debería sorprenderte que tus ciudadanos te hayan creído".
En una velada crítica a los líderes de la campaña para dejar la UE, como Boris Johnson, quien aspira a sucederlo, Cameron dijo que los británicos tienen que entender que no se pueden mantener los beneficios de un miembro de la UE sin sus costos.
"Si quieres todos los beneficios de un mercado único tienes que ser parte de todo", señaló.
El presidente de Francia, Francois Hollande, reforzó el mensaje advirtiendo que el acceso al mercado único europeo depende de aceptar sus cuatro libertades de movimiento: de capital, bienes, servicios y trabajadores.
"Si no quieren libertad de movimiento no tendrán acceso al mercado único", destacó Hollande, añadiendo que Londres no podrá ser más el centro de liquidación y compensación de las transacciones en euros.
FRÍA RECEPCIÓN
Cameron dijo que no enfrentó una presión abrumadora para activar inmediatamente la cláusula para una salida formal del tratado de la UE, pese a las declaraciones públicas de muchos en ese sentido.
La canciller alemana Angela Merkel sostuvo que la decisión del referéndum británico es irreversible y advirtió a quienes confunden sus deseos con lo que pasará.
Cameron fue recibido antes el martes con irritación, lástima y desdén por parte de líderes y legisladores de la Unión Europea, que lo presionaron para una rápida salida del bloque.
Poco antes de que llegara a Bruselas para una cumbre dominada por el "Brexit", el Parlamento Europeo adoptó una resolución no vinculante en la que insta a Londres a activar la cláusula de salida voluntaria de la UE lo más rápido posible. Eso daría paso a negociaciones sobre los términos de la separación con un plazo de dos años para concluirla.
"Esperar por varios meses, como usted ha anunciado, y tomar de rehén a todo nuestro continente solamente por razones internas de un partido político sería totalmente inaceptable", le dijo el líder del parlamento europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, al primer ministro británico.