El ‘supermercado’ de fondos de inversión ofrecerá un mecanismo alternativo de actuación para más de siete millones de partícipes que ahora tienen que trabajar necesariamente con los productos que comercializan las instituciones de crédito. La nueva bolsa supone, en este sentido, un ejercicio de abierta competencia en un segmento de negocio que ha estado hasta la fecha cautivo de la banca. BME abre una nueva ventana de oportunidad a los inversores con un modelo que no tendrá carácter exclusivo en cuanto a su negociación, por lo que podrá convivir con el resto de plataformas institucionales que funcionan de antiguo en España.
La contratación de la bolsa de fondos de inversión se realizará a través de los propios miembros del mercado, tal y como ocurre desde hace años con las 3.000 sicavs registradas en nuestro país y los 70 fondos cotizados o ETFs que funcionan con los mismos criterios operativos que las acciones. El planteamiento de BME consiste en asegurar la visibilidad, transparencia e igualdad de acceso a los inversores de acuerdo con la normativa aplicable a cada tipo de producto. La negociación de los fondos de inversión se efectuará al valor liquidativo comunicado por la gestora y la introducción de las órdenes se llevará a cabo por importes efectivos.
La nueva plataforma bursátil viene siendo reclamada desde hace meses por las empresas de asesoramiento financiero y, en especial, por las gestoras independientes que se ven obligadas a pagar la retrocesión de comisiones que ahora exigen los bancos. En 2015 los pagos por este concepto asecendieron a 2.300 millones de euros sobre un total de 3.600 millones de comisiones. Con la futura bolsa, los clientes finales estarán en disposición de acudir directamente al mercado, lo que tenderá a eliminar los costes de intermediación. La iniciativa de BME abre la vía para una conexión automática entre la gestora y el cliente, lo que supone un cambio trascendental del modelo de negocio de los fondos de inversión en España.
La entidad que preside Antonio Zoido aborda el lanzamiento del proyecto sin marcar objetivos cuantitativos a corto plazo. La nueva plaza bursátil nacerá con una orientación a largo plazo y una vocación de crecimiento sostenido en el tiempo. Los inversores tendrán acceso a todos los fondos inscritos en la plataforma, ya sean de una gestora extranjera, nacional o ligadas a un banco o boutique especializada. La única restricción será la denominación de la divisa en euros, por lo que BME confía en un paulatino desarrollo de mercado al igual que sucedió en 2009 cuando se puso en marcha la plataforma de sicavs con tan sólo cinco sociedades listadas.
La futura regulación de las sicavs en España y las restricciones fiscales que se barruntan tras el pacto de investidura suscrito por el PP con Ciudadanos constituyen también un elemento a tener en cuenta en el desarrollo del mercado de fondos de inversión. No en vano, en lo que va de año el ruido político ha motivado que un total de 55 sociedades de inversión de capital variable pasen a integrarse en fondos de inversión dentro de la oferta actualizada de un total de 25 entidades gestoras. De acuerdo con los datos de Inverco, el patrimonio de las Sicavs en fase de metamorfosis asciende a 574 millones de euros, lo que supone más del 15% de las suscripciones netas de los fondos de inversión durante los primeros siete meses de 2016.
Otro factor que influye favorablemente en la nueva iniciativa bursátil es la propia reforma del sistema de compensación y liquidación llevada a cabo por BME con la puesta en marcha de la llamada Entidad de Contrapartida Central (ECC), que permite separar las actividades de contratación de las de compensación. BME Clearing entró en funcionamiento en abril en cumplimiento de una normativa comunitaria y después de una serie de retrasos operativos. Una vez demostrada la viabilidad de los grandes cambios estructurales ya no deberían existir mayores inconvenientes ni excusas menores para posponer el lanzamiento de la cada vez más necesaria bolsa de fondos en España.
Fuente: El Confidencial