Este indicador proporciona un avance del IPC que, en caso de confirmarse, supondría un aumento de cuatro décimas en su tasa anual, ya que en el mes de agosto esta variación fue del –0,1%.
Este incremento se explica, principalmente, por la subida de los precios de los carburantes (gasoil y gasolina) y la electricidad, frente a la bajada que experimentaron en 2015.