El banco central abandonó su objetivo de base monetaria y en lugar de eso estableció un "control de la curva de rentabilidad" bajo el cuál comprará bonos soberanos a largo plazo para mantener las rentabilidades de los bonos a 10 años en torno a los niveles actuales de un cero por ciento.
El BOJ dijo que continuará comprando bonos soberanos a largo plazo a un ritmo que permitirá que el balance de sus tenencias se incremente en 80 billones de yenes (781.000 millones de dólares) por año.