Madrid, 28 de junio de 2017.- En estos momentos, el proceso pasa por el periodo de negociaciones que está estipulado que se prolongue durante 18 meses aunque puede alargarse si el Parlamento así lo estipula. Por lo tanto, en vez de efectuar la salida de la Unión Europea en marzo de 2019, como estaba previsto, se podría alcanzar el 2020 sin un acuerdo.
La libra siempre ha sido muy fuerte frente al euro y ahora, inmersos en el proceso de salida, ya ha caído un 6%. Su depreciación implica que las exportaciones, al estar más baratas, aumentarán pero las importaciones se van a ver afectadas. “A España le perjudicaráen cuanto a las importaciones pero, por otra parte, podremos comprar bienes intermedios en Gran Bretaña más baratos”, destaca María Blanco, Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales.
Con las importaciones caras y las exportaciones más baratas, se va a producir un efecto de subida de precios que provocará una disminución en el poder adquisitivo de los británicos puesto que, tal y como asegura Blanco, “los salarios no van a subir ya que la inflación a día de hoy es de un 3% y se mantendrán al mismo nivel”. De esta forma se va a producir una situación “perjudicial” para los británicos porque “si tienen menos capacidad de compra, la demanda interna va a caer y las empresas empeorarán, provocando una ralentización de la economía. Esto no significa que la economía británica se vaya a hundir pero sí que disminuirá su velocidad creciendo lentamente”, señala Blanco.
Londres es la capital de las finanzas y su salida podría significar la pérdida del pasaporte financiero para muchas empresas. “Solo el 30% de los medios financieros de las empresas europeas se generan en Londres y ya se está intentando prever qué pasará, pero si no es Londres hay más competidores como París y Berlín aunque Madrid también es un buen sitio”.
La salida de la Unión Europa rompería acuerdos bilaterales como el que tiene Reino Unido con España por el cual los pensionistas residentes en territorio español reciben sanidad gratuita a cambio de una cantidad económica por parte de Gran Bretaña pero, “¿nos interesa dejar de recibir ese dinero que nutre las arcas de la Seguridad Social?”, se pregunta Blanco que señala que “España no está para rechazar dinero y si dejan de ser miembros europeos, supondría un problema si no se alcanza una solución alternativa a esta situación”. Actualmente hay 1,3 millones de británicos que viven fuera, 760.000 están en España y de ellos, un 35% son pensionistas.
María Blanco (Dpto. Comunicación y Marketing de EUDE Business School)